En Urbanilandia, detrás de negocios tales como lavanderías, peluquerías, tintorerías, tiendas con escasa clientela...se abre un mundo oculto. Son pequeños y exclusivos restaurantes clandestinos. Por supuesto, para acceder a ellos debe conocerse la contraseña. Sólo entran los conocidos, y amigos muy muy íntimos.
Se degustan manjares exquisitos. En el anonimato, se cierran negocios, se sellan pactos, se besan labios prohibidos.
Y la propietaria o propietario del garito se forra, porque a cambio de garantizar la absoluta discreción, cobra un pastón por cada plato.
En la urbanización donde vivíamos antes, había algunas torres que eran deliciosos picaderos. Ciertos deportistas de élite acudían en coches con lunas tintadas y compañías exuberantes. Había quien alquilaba habitaciones. Servicio tipo hotel.
En fin.
No es por nada, ¿eh?, pero a sitio aislado y discreto no nos gana nadie. Y los platos, de primera calidad. Y a exclusivo...sólo hay una mesa... ;)
En la foto, pommes de terre à la Pompadour con acompañamiento de besos de virgen vestal. Inigualable.
9 comentarios:
Y además te viene el Umberto Eco, el Chomsky y la Liliana Cavani para hacer un trio en el maset.
Una residencia de tercera edad acabaria siendo, pero de lujo....
A huevico me lo has puesto para el passing-shot...pero no lo haré, por consejo de mis asesores...
Este mundo es una casita de barrets, hija. Y los que saben moverse por esos mundos son los que de verdad sacan unas buenas tajadas. Dudo que tú te movieras bien por ellos, señorita Escarlata.
Querido, ¿apuestas algo?
Ya no soy exactamente la misma que conociste hace tiempo, amigo...
La bondad sin control no sirve de nada.
Cuántas veces me habrás dicho esta frase, ¡cuántas!...y ¿sabes una cosa? Hace unos días, me miré en el espejo, un buen rato: y por fin comprendí que el primer ser que merece toda mi bondad...soy YO-MISMA. Y desde ese momento, me sentí aún más contenta que antes. Y serena.
Al fin lo has comprendido, señorita Escarlata. Al fin.
Cada vez mas me llaman la atención todas esas historias de gentes que se salen de la norma, que buscan su camino por caminos poco transitados. Pero me da la sensación, cuando lo pienso bien, que esos extraños restaurantes, dudosos negocios, no son lo que sugieren tus palabras. Parece, mejor, una historia contada a la manera de las películas de gansters, que de vuelta a la realidad te hacen pensar en gente de mala calaña, gentes poco de fiar, gentes que manejan como dios la apariencia y el engaño, todo bajo un halo embriagador que a algunos embruja.
Espero no caer en esas redes nunca, porque parece mas fácil cuando se cuenta con palabras escogidas.
(Sorry, me acabo de caer de un árbol de ensueño y he caído entre algodones, así que cuando me despierte, igual hasta me sonrojo por lo que escribo)
Manquiolo
Me alegra saludarte, Manquiolo. Te leo sin falta cuando publicas, cosa que haces muy de tarde en tarde, debo decirte. En fin. No pasa nada por caerse de un guindo. Si abajo no hay una chumbera, claro... ;)
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