Los plátanos. Una batalla perdida para mí. Me dan ardor de estómago: os recuerdo que es uno de mis puntos débiles. Los plátanos de Canarias me resultan muy fuertes, y las bananas sudamericanas generalmente llegan verdes, y no me sientan bien. Con lo que me gustan...
Pero resulta que mi maridín ha dado con estos plátanos del Camerún que están en su punto óptimo. A él los plátanos le encantan, es una fruta que comía muchísimo en su época de futbolista en activo. A él le da igual que estén verdes, tiene un estómago a prueba de bombas...pero esta vez, ha acertado. Plátanos del Camerún. Deliciosos.
-Oye, te pagan por publicidad o qué...
-Calla leches...
2 comentarios:
María, pues el año pasado descubrí que si no mezclas proteínas con carbohidratos, se te va toda la acidez y los problemas estomacales. En realidad se llama dieta disasociada. Da resultados sorprendentes, lo que pasa es que se acabó los espaguettis con boloñesa, jeje, yo trato de no mezclar porque también tengo el estomago algo sensible, pero no consigo quitarme algunos platos favoritos (y no lo haré), pero hace por lo menos 1 año que no tengo acidez. FUNCIONA.
Es que lo que me pasa con el plátano de Canarias es curioso: igual tengo hambre, o sea que tengo el estómago vacío porque hace rato que no como, y es comer un trocito y buffff...probé con las bananas, que son más suaves, y las tolero bien, pero sólo si están bien maduras, cosa difícil de encontrar.
Sobre las dietas disociadas, he oído argumentos a favor y en contra: seguramente es cuestión de sentido común y buen criterio. La mayoría de gente que conozco que me han hablado de ellas dicen que le van muy bien; en los medios de comunicación las ponen a caer de un burro: incluso las tildan de peligrosísimas. En verdad, desencadenan unas interesantes vías metabólicas que activan el consumo de grasas. Es muy interesante este tema.
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