Nunca me había pasado esto: es un libro luminoso. No, no es broma: vas leyendo, y te va invadiendo la luz. Tanto, que hay que leerlo poquito a poco, porque sino te deslumbra. Es verdad, hay que ir digiriendo lo que dice, frase por frase.
Todo el mundo que me conoce sabe que yo devoro los libros: empiezo, y normalmente, en dos días los acabo, tal es el enfrascamiento que puedo llegar a sentir por la palabra escrita.
Pues con este...poquito a poco...parando, asimilando...
Ay Señor, qué joyitas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario