Es inútil, cuando están en el ajo, intentar razonar con ellos: mira que le avisamos: Boli, cálmate, que tienes una edad...nada, cuando intentaba acercarme a él, me gruñía, enseñándome sus magníficos colmillos blancos. Con una mala leche...
Y ahora, cuando los celos han pasado...pues no puede con su cuerpo. Y claro, a pedir ayuda a los humanoides. Ay, si no fuera por nosotros, los denostados Homo sapiens sapiens...
La terapia para Boli, que no puede con su cuerpo, consiste en administrarle un complejo de vitaminas del grupo B. Son pastillas grandes. Su dueña anterior ya nos advirtió que este perro no admite pastillas: no consiente tragarlas. No importa: se aplasta la pastilla en un mortero, se disuelve en agua, y con una jeringuilla -sin aguja- se absorbe la suspensión y se introduce entre los dientes, se presiona el émbolo...y adentro.
Esta tarde ya está mejor.
Hombres...qué poco aguante...
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