Esto ya es una criatura en la interfase de la realidad: un liquen blanco...nunca había visto ninguno. Es pura magia. Cubriendo un tronco, y además, con unos núcleos en el suelo, el albino líquen es como una aureola sin contorno definido, como una exhalación condensada de la respiración del bosque. Para hacerle la foto he tenido que agacharme, rodilla en tierra. Aunque no hubiera tenido que fotografiarlo...me hubiera arrodillado igual.
El líquen blanco, albino, angélico.
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