Según contaba, había un mercader que pasaba vendiendo melones: su reclamo era esta frase, padres que tenéis hijos, ¡melooooooones! Que dejaba abierta la duda sobre si recomendaba tan tonificante fruta para alimentar a los tiernos infantes o bien calificaba de berzotas a los sufridos progenitores.
Yo, después de unos días cuidando niños, puedo decir que he llegado a la conclusión de que son criaturas encantadoras. A tal punto ha llegado mi frenesí, que le he propuesto a mi marido que aprovechemos mis últimas oportunidades reproductivas y concibamos un retoño. Se me ha quedado mirando espantado, diciendo: durante un ratillo, son encantadores. Lo mismo, 24 horas al día sin fin...tú verás...
Va a ser que no.
Volviendo a lo de las mentiras del inicio: podría decir que estos meloncillos son nacidos en mi huerto, pero no: nos los han regalado. ¡Meloooooones!
2 comentarios:
Me encantan los apodos que les ponen los andaluces a sus pueblos. Cerca de Sevilla esta el pueblo de "Dos Hermanas", que la gente de por ahi llaman "Cuatro Tetas".
Javier
http://LasTresRS.blogspot.com
¡Hola Javier! Sí, es genial el sentido del humor de la gente del sur. A mí me va, porque yo tengo algo de sangre árabe seguro, de buen vivir y de disfrutar...Cuatro Tetas, ¡genial!
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