martes, 12 de julio de 2011

LA PEQUEÑA VENGANZA

Desde el porche vemos una finca cercana. Pertenece al dueño de la Roca de Sión. Sí, el simpático campesino líder en comunicación y tolerancia. El riego está conectado. Es por goteo. Pero muchas veces, los pitorrillos de los goteos saltan debido a la sobrepresión, y entonces el agua dibuja hermosos géisers sobre el cielo. Llegan a varios metros de altura. Estos contratiempos conllevan dos inconvenientes: por un lado, se gasta una ingente cantidad de agua, puesto que sale a presión y en este caso, durante tres horas; y en segundo lugar, la pérdida de presión en el sistema hace que por los otros goteos casi no salga agua. Riego defectuoso...Sentados mientras desayunamos, le digo a mi hombre:
-Maridín mío, en diez minutos caminando podríamos llegar allí.
-Sí, así es.
-Y podríamos poner el pitorrillo en su sitio. Siempre están cerca del agujerillo. Se acabaría el problema.
-Efectivamente.
-O incluso, podríamos llamar por teléfono, para que viniera y lo arreglara. Como no vienen todos los días, serán litros y litros de agua, durante días y días...

Nos miramos. La conversación ha sido a las 8 de la mañana. A esta hora, aún nos estamos riendo...
Que te avise la Roca de Sión, majete...

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