
De todo hay en la viña del Señor, y así debe ser, para que la naturaleza tenga variabilidad genética donde escoger y aplicar la selección sobre las especies. Pero hay personas que tienen una virtud. Todas las personas que nos han visitado hasta ahora pertenecen a este tipo humano, como por ejemplo, los amigos de Biosfera2030.
Cuando alguien viene aquí, lo primero que podría destacar perfectamente serían las carencias. Bien, es una manera de actuar. Sin embargo, para los receptores de tales comentarios, o sea Josep y yo, es siempre gratificante remarcar los logros.
El martes, nuestros amigos se dedicaron a destacar positividades: las paredes de piedra, el color de la tierra del huerto, los nuevos animales...no dicen tendríais que hacer, ni siquiera podríais hacer, sino habéis hecho.
Cuando sientes próxima gente así, algo se enciende dentro, como una lucecita, que dice: bueno, después de tanto desánimo general de una época turbulenta como la actual, no está todo perdido. Hay seres HUMANOS.
Y sí, la tierra del huerto: ahora es negra. Ya no tiene el color marciano, mineral, rojo, de la primera vez que plantamos las pioneras plantitas de tomate y judías, hace ya dos veranos.
Y también los comentarios de todas las personas que nos animáis con sugerencias, aportaciones, humor...es esencial.
Gracias a todos, muchachitos de Sherwood.