Hemos ampliado el gallinero. ¿Por qué? Porque las gallinas necesitan un sitio con mayor intimidad para su puesta. El otro día, extrañados de que no pusieran huevos, empezamos a sospechar. Josep hizo una batida por los alrededores y...sorpresa: detrás de una uralita apoyada en la pared del corral, habían 11 orondos huevecitos a buen recaudo.
Así que venga, a hacer un anexo donde no puedan acceder las cabras, y bien mullidito de paja, para que las señoras gallinas no tengan que ir en busca de otros lugares de puesta. Y además, porque va a venir un amiguito, y no queremos que esta vez pase nada raro. Porque tal vez el gallo Yogui-Goyo murió por un pisotón. Y como ahora hay dos inquilinas cabreriles más...toda precaución es poca. Hay que aprender de los errores y subsanar cualquier fallo, todo en aras del bienestar animal.
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