Es tiempo de madroños. Para quienes gusten de tales frutillos. Porque yo los encuentro algo sosillos, y de difícil comestibilidad, dado esas semillitas insidiosas y la pulpa, demasiado empalagosa para mi gusto. Estaban muy desmejorados después de tanta sequía, pero las lluvias los han hecho engordar. Dicen que están muy buenos con moscatel y azúcar, y que emborrachan si se consumen de manera abundante.
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