Aquí está Josep tirando con moderación de las bolsas placentarias. La verdad es que estas criaturas podrían parir a las 12 del mediodía y no de noche, que es un poco coñazo. Las demás cabras tienen sus sitios favoritos para dormir, y este acontecimiento las ha descolocado, con las consiguientes carreras peligrosas de un lado para otro del corral. Hemos tenido que improvisar un departamento especial para la madre y las crías, con el fin de evitar accidentes por pisotones. No sé por qué razón, cuando pare Chivita, Peque se pone muy nervioso. Tal vez porque es su madre...cuando pare Morita, no se altera en absoluto.
Una buena cama de paja bien sequita. Porque quiere llover...y las niñas tienen que estar sequitas.
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