Ésta la tenemos en el zurrón: una lechetrezna, la Euphorbia medicaginea. Como veis, una planta bien aparente: no se esconde, no teme ser vista, puesto que tiene un secreto que la protege...su leche. Tóxica, la hace incomestible. Así que la señorita euforbiácea no teme que la vean, con ese vitalísimo color verde fosforescente. Se muestra, dando alegría y fuerza al paisaje. Los fotones luminosos transformados en pigmento verde con electrones excitados a altos niveles de energía, para que emitan en el verde.
Esplendente.
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