Si fuéramos unos gorgojos, ¿cómo veríamos un sembrado de habas? Pues así. Es divertido cambiar la perspectiva a veces, y meterse en la cutícula de los insectos. Están las habas repletas de flores, y con un verdor espectacular. Si te pones en
modo insecto, la percepción cambia. El universo adquiere nuevas perspectivas: el aroma de las flores de haba, tan penetrante; el frescor que reina entre las hojas, con gotitas de humedad mañanera; la sombra, al mediodía, que permite que al evaporarse el agua de las hojas, se genere un microclima húmedo entre las plantas...
En fin, lo dejo ya, no sea que me convierta en gorgojo. Aunque tal vez no sería mala idea...
-Mejor conviérte en mariposa...
-En capullo, si acaso... ;)
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