Los conejos caseros son una cosa curiosa: revoltosos, folloneros, poco a poco se van dando cuenta de que no eres un depredador y se hacen simpáticas criaturas que dejan que las acaricies sin problemas: les rascas las orejas, el morrillo...siempre con preaución, porque he visto gente a quienes les había mordido un conejillo, y esas heridas, profundas debido a la contundencia de los incisivos de estas criaturas, a veces se infectan y dan problemas.
Pero de momento, no sucede nada malo, así que seguimos jugando con Cleo, que espera la hora de la mediatarde para salir de su jaula y triscar por la casa. Al cabo de un ratito de juerga, ella misma se mete dentro otra vez.
Sigue la búsqueda, infructuosa de momento, para encontrarle novio. No dejaremos de perseverar.
6 comentarios:
Que bonita esta Cleo y que alimentacio mas completa sin ofender una pijilla jajejaje. No se si lo tendras para que los dientes no le crezcan excesivamente y en un futuro tenga problemas para comer. Hay que ponerle un tronquito de olivera por ejemplo. de unos dos cms. de grosor. Por cierto la foto de portada habla por si sola.
Tiene un juguetito de madera, con forma de zanahoria, que va royendo, pero le vamos poniendo trocitos de olivo también.
Oye por cierto, la entrada de tu blog con los embutidos curándose...a Josep se le van los ojos...eso tiene que estar bueno, bueno...
Es verdad el embutido esta bueno. Yo sigo pensando que os falta la cria de algun animal para autoconsumo sobre todo si a Josep le gusta. Pero no hay que verlo como animal de compañia.
Bueno Machingo...me está costando mucho, pero los cabritos que han nacido son para venderlos...es así, no podemos tener un rebaño tan grande, y Josep me ha hecho ver que debemos hacerlo. Lo estoy pasando un poco mal, pero...bien, tengo que aceptarlo. O bien nos los podemos comer (pero no) o con el dinero Josep puede comprar carne. Es la vida...
Pues es tambien una buena idea, por varios motivos, la falta de un congelador no permite almacenar tanta carne etc, y de esta manera puedes comprar difentes tipos, y no estar limitado a comer lo sacrificado hasta que se termine ya que por ejemplo te gustan chuletas y no el higado. Me parece muy buena idea.
Sí, pero...a mí me cuesta...me está costando horrores.
En fin, me apoyo en Josep, que como -casi- siempre tiene razón: no podemos con un rebaño tan grande, y hay que vender. Y hay que aceptar que a él le gusta la carne, por lo tanto, tiene que comerla. Desde que tenemos más ingresos por su trabajo en otras fincas y podemos comprar carne más a menudo, ha recuperado algunos kilos, que si no, se queda demasiado delgado y se siente débil. Está más contento, yo lo entiendo.
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