Vienen corriendo los diablillos, jadeantes. Buenooooo...
-¡Robin, Robin, hay un señor vestido con mallas rojas y un antifaz en el huerto!
-Pero qué decís...a ver...¡ah, es la araña roja...! ¡Pardiez! Qué grandes este año...
-Debes actuar sin dilación, Robin, rápido, clorpirifos y dimetoato, ¡ya! Nombre comercial: Diclomur.
-Pero qué dices, diablillo rojo, ¡¡¡¡el clorpirifos es un organoclorado¡¡¡¡ Se lo lleva todo por delante...
-Pero bien lo tienes en la caja de jardinería...
-Lo compró el tío aquel pijo del jardín para que combatiera la araña roja de sus arbolitos de tejo...
-Ni se te ocurra Robin: rocía las plantas con agüita, pulverizadita, templadita.
-Eso no sirve, con la humedad tan baja tendrías que estar pulverizando cada 10 minutos.
¡Diclomur!
-¡Agua!
Bueno, mientras estos se pelean, voy a ver si puedo hablar con el señor araña roja-man, porque con 1,80 y 70 kilos de peso igual hasta entiende el román paladino y todo, y le convenzo de que se vaya a otra huerta...sí que vienen creciditos los insectos esta temporada, pardiez...
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