Ayer por la tarde parecía yo Heidi saltando por los márgenes, para evitar que Peque mutilara los almendrillos. Es el más goloso. El tema está en que cuando lo maneja Josep, le hace caso enseguida: puede guiarlo con silbidos y con la voz. Mirad si se quieren...Peque se refriega en Josep, muy amorosamente.
A mí me ignora. (Peque, no Josep).
Qué le vamos a hacer. Pero claro, a falta de obediencia por la voz...pues se necesitan piernas.
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