Con la espátula coge una ración, y al abrirse la deliciosa pasta...aparecen, mezclados entre los macarroncillos, unos trozos de butifarra negra impresionantes. Es muy cachondo mi niño...se ríe con ganas.
Suerte que son grandes y se pueden apartar. Remarco: se pueden apartar. Se los come él, que con esta excusa ya ha engordado un kilo esta última semana.
Homo terribilis cachondus.
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