Muchachitos de Sherwood, para hacer cuajar la leche de soja se necesita nigari: es magnesio. Y, podemos pensar: lo tendremos que comprar...¡no! Lo podemos obtener a partir de la sal marina. Y además lo podemos identificar. Veréis: los metales emiten una luminosidad diferente cuando se exponen a una llama. Basta, por ejemplo, con poner un poquito de sal en la punta de un cuchillo y calentarlo con un mechero: la llama se vuelve anaranjada, debido al sodio de la sal (cloruro sódico).
Pero la sal marina lleva magnesio también. Si ponemos un puñado de sal dentro de un saquito de gasa y lo mojamos, poniéndolo a continuación colgando sobre un recipiente, las gotitas de agua que vayamos recogiendo llevarán el magnesio en disolución. Después, basta dejar que el agua recogida se evapore: los cristalitos que queden serán magnesio. Y para comprobar que así es, y no es sal que haya traspasado la gasa, cogeremos un poquito y lo calentaremos en la punta de un cuchillo: el magnesio hace que la llama brille con un intenso color blanco.
Cuando tengamos el magnesio, podemos empezar a pensar en cuajar la leche de soja para obtener el tofu.
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