Pues resulta que Cástor y Póllux van desarrollando sus cuernecillos...y son auténticos puñalillos. Tienen una forma piramidal acabada en una punta afiladísima. Ayer me pasó Cástor rozando una pierna y...cuidadín...
Por supuesto no tienen ninguna mala intención, pero hay que reconocer que jugando, jugando, pueden acabar clavándote en tus carnes estas prominencias córneas, y vamos, te pueden hacer un hombre o una mujer. Si es superficial tiene un pase, pero si fuera algo más profundo, sin duda habría que tomar medidas rápidamente.Me estoy imaginando estos cuernecillos clavados en el abdomen...¡ahhhhhh!!!!
Y la cara del médico...
-¿Otra vez, señora?
-Agggg....me ha corneado,....una cabra....
Por cierto...cuando los niños por la calle y la gente en general te llaman ya señora...entramos en la fase III, o destroyer...
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