A los animales les encanta revolcarse en la tierra arenosa o muy polvorienta. Aunque para nosotros supone una auténtica guarrería, porque luego dejan la casa perdidita de polvo, para ellos resulta fantástico, porque supone que con las micropartículas ahogan los conductos respiratorios de los insectos que pudieran estar parasitándolos, y se deshacen de esta manera de sus molestas picaduras.
Este comportamiento lo hacen tanto perros como cabras, gatos, pájaros, gallinas...y no hay que reñirlos por ello; luego se pasa la escoba y el trapo por los muebles...y listo.
Bueno...en fin.
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