Bueno, pues aquí está nuestro primer cabello de ángel de nuestra vida. Y ha salido de rechupete; bien es verdad que en la foto no ha quedado muy bien parado, pero os aseguro que está muy bueno...
Una vez abierta, he hecho trozos y los he puesto en una cazuela, durante un buen rato con agua para que se cocieran. Cuando la pulpa ha quedado blandita, los he sacado de la olla. Una vez fríos, he retirado las pepitas y la piel. Y a la pulpa resultante, que pesaba de 650 gramos, le he añadido 325 gramos de azúcar. Y hala, a la cazuela, y a remover constantemente hasta que adquiere una consistencia adecuada. El toque final: un espolvoreo de canela.
Luego hemos hecho empanadillas...ya las veréis.
Hay que endulzar el día de Josep de la Sisquella, que está bastante malito. Le he pasado los gérmenes fatales. Ah, pero...es verdad, que a Josep de la Sisquella no le gusta el cabello de ángel...Santo Dios...
2 comentarios:
Entre catarros y cidras llega el frío.A ver si llueve en condiciones y nos curamos buscando setas. Salud.
¿Sabes una cosa? De cuando en cuando, yo agradezco pasar un catarro. Parece que esos momento de introspección curativa remansan el alma. Y el reposo...estarse con uno mismo. Delicioso.
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