
Desde luego, el tener la habilidad para realizar estos deliciosos experimentos y a partir de diferentes sustancias conseguir una armonía de un conjunto como éste, es para quitarse el sombrero y realizar reverencia cual hermano ante gran maestre.
Y está de bueno...y que llena para rato, porque yo, con este tiramisú elaborado por Vero, ya no tuve que cenar ayer por la noche. Fue el postre de la comida, y para ir a dormir, un vasito de leche de cabra y mañana será otro día. Porque estos pastelillos enjundiosos colman las necesidades calóricas para unas cuantas horas. Y producen sueños libidinosos...
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