Aquí no hay tiempo para aburrirse, y seguimos arreglando el caminito dichoso. Vamos por la parte de la bajada del Patricio, que tiene unos cantos rodados de tomo y lomo. Estoy harta de pasar por encima de tantos pedrolos, así que ya ayer, mientras mi maridín andaba quitando retoños de olivo o llucs, yo me dediqué a sacar piedras del caminito bajo la atenta mirada del rebaño cabruno, y con los perritos tomando la sombra debajo de un olivo. Esos sí que viven como reyes.Desde luego...pues quedó el trozo del caminito que pude limpiar en un par de horas como una patena. Cada día un trocito, y al final parecerá esto una autovía.
El ayuntamiento dice que hay que esperar a que llueva para echar tierra, que si no se monta una polvareda...a este paso ya no hará falta que vengan. Bueno, como se acercan elecciones...tal vez me vengan a ayudar...de buen rollito, ¡eh?
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