martes, 4 de octubre de 2011

LOS LOCOS DE CANNONBALL

A ver, está bien meterse por caminos, andurriales y veredillas, queridos amigos autosuf, pero medid un poco el tamaño de vuestros vehículos. Porque esto ya roza el desafío extremo. Resulta que el otro día, dirigiéndonos a nuestra casita al anochecer, topamos con este camión de 3.500 kilos por el camino de La Sisquella. Fueron avanzando, avanzando, hasta que llegaron a la curva conocida como La Niña y ya no pudieron girar. Llegado este punto, mi marido descendió de nuestro coche, y fue a preguntar a estas criaturas hacia dónde se dirigían. La periciosa conductora teutona y su acompañante le indicaron que venían a pasar unos días en una finca de su propiedad.
Moderación con los vehículos, que en una de estas nos vemos todos en la barranca, y a ver cómo salimos...

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