sábado, 23 de octubre de 2010

LOS CABALLOS EN LA FERIA

La zona de los caballos está muy concurrida. Hay bastantes ejemplares, y sobre todo les gusta a los niños, que tienen una conexión especial con estos animales. ¡Ponen las criaturillas una cara de ilusión! Lástima que en las grandes ciudades los niños se estén agilipollando, y cuando ven un animal aunque sea en foto y de lejos echan unos llantos...bueno, no todos, que afortunadamente algunos niños de ciudad llevan aún la esencia de la vida dentro. Son los que no se dejan engañar y saben que la leche no sale de los tetrabriks y que los huevos los ponen las gallinas por el culo. Aunque desgraciadamente, estos son pocos...En estas comarcas donde lo rural sigue primando, los niños y niñas, con sus mofletes rojos del sol y del viento, con la ropa sucia de tierra y paja, no dudan en tocar a los animales, acariciarlos y darles de comer con la mano. El otro día un vecino nos dijo que le daban pena sus sobrinos de Lérida, porque habían venido de vacaciones en agosto y no sabían ni montar en bicicleta cuando llegaron, y ya eran mayorcitos. Al cabo del mes, no querían irse de pueblo de ninguna de las maneras. Pobres niños de ciudad, tan encarceladitos entre el colegio y su casa, y si los padres no pueden ocuparse de ellos, a las actividades extraescolares, más encierro bajo techo, que no se resfríen...
Bueno, que me ha dado la vena filosófica. La cuestión es que aquí los niños se lo están pasando pipa, y los mayores, también.




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