Avanzando nuestros pronósticos, hemos adelantado a hoy el gran día: por su aspecto, el quesillo nos decía que ya estaba a punto de ser comido, así que no le hemos hecho esperar. La ceremonia es excitante: ¿qué encontraremos dentro? ¿Estará bien hecho?
Al corte nuestro queso resulta suave; el corte es limpio. La pasta, una vez cortada, se desmigaja ligeramente. Tiene unos pequeños ojos, producto de la fermentación de nuestros microbios. El aroma es a queso fuerte, con personalidad. Y ahora, la prueba definitiva: el sabor.
Cogemos un trocito, y lo deshacemos lentamente entre la lengua y el paladar: exquisito. Fuerte, recio, intenso. Estallamos en risas: ¡está buenísimo!
Hemos desayunado pan tostado al fuego, huntado con tomate y con virutas de este delicioso queso. Para beber, leche de cabra.
Ahora ya somos cabreros de verdad.
Tened en cuenta: si los quesos no son voluminosos, el tiempo de curado se reduce considerablemente. En este caso ha sido de una semana.
4 comentarios:
enhorabuena, que buen aspecto tiene vuestro queso , yoya voy camino de hacer el mio.
enhorabuena señora jejeje tiene pinta estupenda
hola, tiene muy buena pinta, el proximo que vea espero que sea de 1000 gramos.
finca-adral.blogspot.com
Esta mañana en la feria he visto una parada de quesos artesanos de cabra que me ha dado algunas ideas: había el queso en rulo, y luego unos quesos en forma de bolitas pequeñas, que eran con ajo y perejil, y conservados en aceite. Me parece que voy a hacer algunos experimentos,a ver qué tal salen. El queso en rulo va bien para hacer ensaladas con el queso calentado al grill, que se derrita un poquito sobre la ensalada y aliñada con un buen aceite de oliva...
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