Pero la música del norte no sólo está hecha para las brumas y las hadas. Hay también épicos cantos que enardecen el alma de los guerreros. Sword dance, la danza de la espada, Lands of my fathers...las gaitas cobran aquí protagonismo, y las voces de los hombres enardecidos. Virilidad y ternura unidos en unos sonidos tan arcanos como la misma tierra, capaces de encender mis más profundas raíces. Amor y épica, el anhelo de llegar a un alma hermana, de luchar contra la injusticia, de conquistar tierras desconocidas...
Bah, no me hagáis caso, que la lluvia hoy me ha reblandecido el cerebro.
2 comentarios:
Gracias por el magnífico domingo que pasamos juntos. Lástima que no pudiéramos hacer la excursión que teníamos en mente. Un besazo, y que Josep se mejore pronto. Tú, ya vi que estabas perfecta...;)
¡Ah, hijo mío, gracias a tí y a tu proverbial oportunidad! La vitalidad que me atribuyes fue en parte gracias a tí. Porque nunca como antes necesité tu racionalidad, amigo mío.
En cuanto a la excursión...los griales deben ser encontrados en su momento justo. Era demasiado pronto aún. Todo llegará...o no.
Uala, qué enigmático...:) ;)
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