Esta mañana he oído por la radio una entrevista al grupo musical Xeic!, de Rasquera, en la Ribera d´Ebre. Después de escuchar lo que explicaban, ahora comprendo porqué las comarcas del sur de Cataluña digamos que no reciben la misma atención que las excelsas zonas pirenaicas o las más cercanas a la espléndida metrópolis barcelonesa.
Resulta que uno de los miembros del grupo ha dicho que la danza popular de la zona no es la sardana, sino la jota. Ayyyyyyy...
Chicos, no estáis respentando la ortodoxia histórica catalana. Ahora entiendo que unas tierras que a nivel turístico podrían estar rentabilizadas por el enorme patrimonio templario sean más bien un recipiente de industrias tipo yuyu, de las cuales no veréis ni una en las cercanías de los lagos de Aigües Tortes, por ejemplo: petroquímicas en Tarragona, tres centrales nucleares (Ascó, Vandellós I y Vandellós II), industrias agroquímicas en Flix...en fin, toda una sarta de magníficas estructuras de lo más ecológicas.
No se pueden bailar jotillas, amigos. Y además, los Caballeros del Templo de Salomón tampoco son bien tolerados por el catalanismo historiográfico ortodoxo. Yo creo que no les perdonan que aconsejaran al rey Jaume I que en lugar de reconquistar los condados pirenaicos del poder del rey francés, condados que perdió su padre el rey Pere en la batalla de Muret en las persecuciones a los cátaros, tirara hacia la conquista a los moros de Mallorca y Valencia. Uyyyyy....
Por eso todo lo que tiene un regusto a Corona de Aragón es un poquito como renegar de Montserrat (centro espiritual excelso), el Pirineo, la Costa Brava y la insigne Urbanilandia, cuna y motor del país, que para la ortodoxia debe dirigir su mirada al norte, siempre al norte, que es más verde, más alto y tiene las estaciones de esquí y la MAT (línea eléctrica de Muy Alta Tensión) que viene de Francia...¡la luz, he visto la luz...de la Fecsa!