miércoles, 9 de marzo de 2011

EL TESTAMENTO DE ARCADIA


Arcadia. Siempre vuelvo a ella, al reposo. La tierra antigua de los pastores.
Hace unos días, cuando Chivita enfermó, decía yo que no existía, que era un lugar en nuestra mente para refugiarnos.
Pero a veces...a veces parece que sí...que existe, que estamos en ella...son breves instantes de nuestra vida, pero pueden quedar grabados en la memoria eternamente. Tal vez sea ese el poder del mito: permanece para ser evocado, para siempre.

Ayer dijeron por la radio que todo lo que se publica en internet deja de pertenecernos: se hacen del dominio público los textos, las fotos; yo quisiera que se pudieran hacer también de todos los pensamientos. Y para que así sea, aquí dejaré para siempre, para quien quiera alcanzarla, la Arcadia verdadera, porque es REAL, viva eternamente en este instante de tiempo ya vivido pero por recordado, eterno; por evocado, inmortal. Para todos. Para siempre.

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