jueves, 3 de marzo de 2011

GAMONES: LA PATATA DE EUROPA

¿Qué sería de nosotros, occidentales de pro, sin las maravillosas patatas americanas? Qué difícil es imaginar una gastronomía hoy en día sin las patatas, tomates, maíz, todas estas plantas de orígen ultramarino. ¿Habéis pensado alguna vez qué comerían nuestros antepasados antes de los viajes de Colón?
En Europa tenemos nuestra patata autóctona. Antiguamente se utilizaba en guisos, donde ahora se usa la solanácea americana: es el tubérculo subterráneo del gamón, o Asphodelus cesariferus. Se daba también de comer a los cerdos en los tiempos en que no había piensos industriales; por eso antes estaban más buenas las butifarras.
La única dificultad que tiene es que están muy profundos, y se tiene que cavar con la azada. Se pelan, y se blanquean metiéndolos en agua y sal, porque de por sí son amarillentos. Luego se lavan y se cuecen como patatas normales.
Cuidado, porque hay una planta del mismo género que no es comestible. Se distingue de la nuestra porque es de porte más pequeño, los pétalos de las flores son rosados (la comestible los tiene blancos) y porque los pastores informan que los animales no los comen. Los gamones que tenemos por aquí gustan mucho a las cabras (la parte aérea).

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