Angel de Cal Ferreret nos ha dicho que en la zona del barranco hay una cueva donde, en tiempos de la guerra civil, se escondieron algunas personas del pueblo. Esta cueva es interesantísima, porque dentro nacía una fuente. Y ahí que vamos con toda la peñita a ver qué podemos encontrar. Lo que pasa es que, con el paso del tiempo y con el crecimiento de la maleza, seguramente localizarla será muy difícil.
Seguimos recolectando espárragos, así que hoy para mí he pensado en hacer una buena rebanada de pan tostada, bañada con un generoso chorro de nuestro aceite y encima, unos esparraguitos pasados por la sartén un par de minutos y escoltados por una loncha de jamón serrano. A mi marido, como ha pasado por el matadero en busca de comida para los animales, le han recomendado probar un guisadillo de corazón de oveja acompañado de unas patatas fritas, y con un acompañamiento de lonchita de queso. Como véis, son platos sencillísimos y en nuestro caso, con muy bajo coste. Sólo es de compra el jamón, el queso (los bebés cabra están muy mamones aún) y las patatas, cosa esta última que si todo va bien y la luna es propicia, se remediará en unos meses. Todo, delicioso.
Estas pequeñas plantitas son muscaris. Son también de la família de las liliáceas, como los narcisitos silvestres. Y como ellos son pequeñitos. Son plantas misteriosas, como si fueran de un jardín para gente muy pequeñita, para duendes. Dan un hermoso contraste con sus flores azules, de un azul muy fuerte, con el amarillo de los narcisos y el blanco de la ravenissa. Son utilizados en jardinería, porque hay variedades blancas, y se pueden hacer arriates muy decorativos. Es una de las flores azules que se pueden encontrar, junto con la coronilla de fraile, el romero, los lirios Iris...como los narcisillos, son un bulbo, por lo que su reaparición está asegurada año tras año. Y como los narcisillos también, son muy apetecidas por las cabras.
Este hombre me va a matar. Como el señor es futbolista, y tiene esos pedazo de piernas que Dios y la genética le han dado, trisca por el monte que es un contento. Pero yo, bajita y con mis pobres piernas de estudiante, las paso canutas. Aunque la excursión lo merece.






Estas zonas de rocas de enormes dimensiones dispersas se conocen en geología como zonas de caos rocoso. Pero, ¿de dónde vienen estas enormes piedras?Si seguimos subiendo, encontraremos un abrigo rocoso de grandes dimensiones. Por fuera, es de color grisáceo, con una zona interior de paredes color anaranjado. Este color naranja es debido a que la superficie de la roca aquí no ha sido transformada por los agentes meteorológicos. Y éste es el origen de las rocas de la ladera: son bloques rocosos que se han desprendido de esta cornisa, y han caído rodando. La excursión sigue por un camino agreste de retorno a casa que nos lleva a atravesar el barranco. Buscamos los charcos que quedan de las pasadas lluvias, porque las cabras tienen sed, van con la boca abierta. Llegamos a los charcos, con gran alegría por parte de los perros, que no dudan ni un momento en meterse dentro.
Una vez saciada la sed de los animales, regresamos a casa, algo cansados pero muy satisfechos de haber conocido más rincones de este estupendo lugar.



