¡Ja!
Estoy harta de ver pasar los mamatocúmulos o nubes mamelleras por encima de nuestras cabezas, y no cae de ellas ni una sola gota.
Y otra de las consecuencias de tanto empecinamiento secanar, además de la cantera de tierra batida para pistas de tenis tipo Roland Garros, las veréis en una próxima entrada.
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