Siguiendo con nuestro proverbial optimismo, os ofrecemos la imagen de la piscina, ya medio llena. Debe contener unos 3.500 litros de agua aproximadamente. Es magnífico, porque ahora ya te puedes meter sin miedo a ser atacado por las hordas salvajes de los tábanos. Antes, con sólo un palmo de agua, si te ponías boca abajo, el culo en pompa quedaba sin sumergir, constituyendo una excelente pista de aterrizaje para estos indeseables insectos; si te colocabas boca arriba, en mi caso ofrecía como dianas mis dos deliciosos pechos, mientras que mi marido era atacado en las partes bajas.
Ahora ya no hay peligro; podemos disfrutar de unos fantásticos momentos de relax. Con la luna llena que se acerca...mmmmm...
Eso sí, el agua está más fría que el hielo...iaaaai¡¡¡¡¡¡¡¡
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