En toda comida de empresa que se precie, de entrante siempre debe figurar este plato: el estofado de mini-habitas del huertito al aromita de beiconcito light, por supuesto. Sin tanta tontería urbanita, nosotros tenemos nuestro plato de habas con cebolla, ajo y tomate. Como a mi maridín las habas no le gustan demasiado, hay que cogerlas algo pequeñas, que entonces sí que se las come así estofaditas. De hecho, yo con este hombre he logrado algo que su santa madre (un beso, Teresa) no sé si me perdonará jamás, y es que he conseguido que coma verdura, cosa que no hacía nunca, con la excusa de que los futbolistas tienen que comer pasta y carne. Y venga ternascos, y entrecots, y costillares y cochinillos segovianos...
Nada mejor que juntarse con una persona con tendencia al engorde porcino (que soy yo) para tener que adaptarse a la comida hortícola. Os aseguro que yo, sin comer nada más que una lechuga al día y un poco de agua, podría vivir: de hecho creo que hago la fotosíntesis. Pero como hay que alimentar a mi hombre, pues vengan esas mini-habitas pa´l cuerpo...
3 comentarios:
Hoy he cogido yo mis primeras habitas. Las he hecho con piel cortaditas, sofritas en tortilla, con unos ajitos tiernos y estaban de muerte...
No las he probado nunca con la piel, pero parece que están buenas, por lo que explicas...
A mi me gustan en salsa verde...mmm, picositas.
Hasta pronto.
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