Teníamos a la collalba rubia rondando por estos pagos; y ayer pude ver a su primita la collalba gris, Oenanthe oenanthe. Esta vez me ha pillado con los prismáticos al cuello, de manera que la he podido ver sin dudas. La voz de alerta, de todas maneras, la da siempre mi marido, que es el que tiene la vista de lince y ve pajarillos a metros de distancia.
Se diferencia de la collalba rubia en que ésta es dorada, como ya expliqué, y la gris es gris (bien). El patrón de colores es muy similar. Lo que las distingue perfectamente de otros géneros y permite identificarlas sin dudar es la máscara de la cara, que parece un antifaz. Rondan por el olivar tan ricamente, por el suelo y por las ramas. También es insectívora.
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