Cástor y Póllux siempre van juntitos, y además son una delicia: se pueden coger tranquilamente, son cariñosísimos y simpáticos. Nada que ver con su hermana Onga, a la cual es imposible acercarse, y mucho menos tocarla. Los machitos cabra son más simpáticos que las hembras: más confiados, más tranquilos. Son pequeñas bolitas de terciopelo negro.
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