sábado, 16 de abril de 2011

EXCURSION A LA CASA DE LOS VAMPIROS: EL DESENLACE





Al intentar abrir la puerta de la casa de la colina...vemos que hay algo que lo impide. Mi marido mira al suelo...unas manitas pequeñitas asoman por debajo...

-¡Cuidado...aquí hay algo muerto...

Inmediatamente, abro la puerta con cuidado, y paso por la rendija: las manitas con pequeños deditos pertenecen a un cachorro. Es pardo, y tiene a puntita de la cola blanca.-¡Que no entren los perros! Puede ser algo peligroso para ellos.

Y el horror primero tiene su continuación momentos después: en la zona de la casona que era la antigua cuadra, la madre, muerta: una zorra, con la mitad trasera del cuerpo pelada. La pena me invade: la madre muerta, y el hijo, muerto de hambre seguramente días después, sin nadie que le ayudase...su pena y sufrimiento, como siempre me pasa, los siento en mí misma. La visita se tiñe de una pátina trágica, acrecentada por la sensación de irrealidad: platos y cubiertos, ordenados en un estante, como esperando aún en vano el regreso de su dueño; los arreos de un caballo, la paja en el pesebre...las herramientas de arar...todo preparado para un tiempo que ya no regresará. Y el tiempo en sí mismo...parece que se detiene. Qué sensación tan extraña...allí dentro, parece que pueden captarse extrañas energías...el polvo recubre los objetos, y los seguirá recubriendo para siempre...no tocamos nada. Parece que mover algo de allí nos va a alterar. Hay unas cuerdas de manejar caballos que nos irían muy bien, pero...nos miramos, y no tocamos nada. Hay algo que flota en la casona, algo irreal, pero con vida propia...El anochecer se nos echa encima, y la luna, creciente y brillante, está en el cielo límpido, sin ninguna nube, mirándonos con su cara de cachondeíto vampírico.


-Vámonos de aquí-insite mi marido, que lleva toda la visita queriendo salir de la casa, en plan peñazo. Qué jiñe, caray, que no pasa nada...


Aunque sí, me parece que es lo mejor...por ahora.

6 comentarios:

alberto dijo...

Me has hecho que me recorra un escalofrio por todo el cuerpo, con la forma de describir todo en la casa, un tiempo que ya no regresara, cuando , en cierta medida , es el tiempo que queremos los que nos gusta el campo y poder vivir o por lo menos que nuestro alimento proceda de el. La tracción mecanica en muchos casos esta moribunda, y la tracción animal es una solución para pequeñas fincas.
Que dendación mas extraña " mas dejao ".

Robin dijo...

¡Que no cunda el pánico! Fíjate en la frase final: nos vamos...de momento. En cuanto pueda deshacerme de mi maridín entreteniéndolo con alguna tarea banal, volveré a la casa sola para que no me de el peñazo con el "vámonos, vámonos" y veré que cosas "vuelvo a la vida": porque si te fijas, quería coger unas cuerdas para caballos...¿te crees que Robin d´Ebre va a esperar a que los gobernantes suban el precio del gasoil 8 céntimos por litro para hacer que los que usamos diesel nos veamos obligados a comprarnos un coche nuevo? No faltará mucho para que veas una montura trotando por La Sisquella...

Dorisalon dijo...

Pero... si parece el relato de una película de terror. Muy bueno, pero que hacían en la casa? los zorros viven en el campo, no? un abrazo

Robin dijo...

Piensa que en esas casas no entra nadie hace años. Seguramente la utilizó la madre para tener las crías. Quizás ya estuviera enferma cuando parió, y buscó el mejor refugio que pudo...por esta zona abunda el mosquito que provoca la leishmaniasis, y ataca a los zorros también. Se les va cayendo el pelo, y finalmente, mueren.

Chomp dijo...

Inquietante historia... gracias por terminarla.

anfiaro dijo...

a la sin miedo y a prepara un par de yeguas si estubieses mas cerca os echaria una mano