Tanto tanto cavar para hacer el pozo...y la hernia discal de mi marido ha dicho ¡quietorl!. Así que esta tarde he tenido que prepararle una cataplasma de arcilla caliente, a ver si le alivia el dolor y evitamos las desagradables náuseas que le entran cuando éste es muy fuerte. He de decir que mi hombre no es muy partidario de estas terapias, que en su fuero interno considera yuyus (es muy tradicional él), pero como no queda antiinflamatorio ortodoxo en el botiquín, va a tener que pasar por mis manos y dejarse hacer...je, je, je. De momento, veremos si la arcilla caliente le alivia. Le he propuesto una infusión de amapola, pero se ha negado rotundamente. Bueno, tampoco se la hubiera preparado en serio...porque no la he probado en mis carnes, y no sé los efectos que tiene. Igual a las tres de la mañana le entra una cagalera, y hay que bajar en volandas al ambulatorio.
1 comentario:
que se mejore!
cuidalo, que es un santo :)
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