La pieza central de la restauración es ésta de la foto. No sé cómo se llama. Ha costado bastante, porque para recomponer los trozos de tela rotos, hemos tenido que coser al cuero unos retales de ropa adecuada. Y para atravesar el cuero, hemos tenido que usar una aguja muy grande y gruesa, con lo cual la operación la ha tenido que hacer mi marido, porque yo no podía coser con tanta fuerza. Algunas partes han tenido que ser rellenadas con ropa también, porque los ratones habían hecho nidos dentro hace años. El relleno original era paja. La parte de madera la hemos lustrado, y el cuero, una vez limpio de polvo y mugre, ha sido frotado con aceite de oliva, a falta de grasa adecuada. También puede usarse la grasa de un trozo de tocino, por ejemplo; nosotros lo hemos hecho con las botas de montaña cuando no teníamos la grasa.
Es una pieza muy bonita, que hemos rescatado del olvido, y ahora está en la casita de piedra, entre nosotros.
Nos vamos acercando un poco más al mundo equino...
1 comentario:
Es el collarón, tiene que estar bien ajustado al animal y ser de su talla, sino no hace bien el tiro del apero o del carro y le puede producir heridas.
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