Peque es guapo, pero sus hijos Cástor y Póllux son un par de delicias. Más pequeños, pues han salido con el tamaño de su madre Chivita, lucen brillantes como joyas diabólicas sobre la roca. Y es que estas cabras brillan. Yo me las quedo mirando y se pasa el tiempo como si nada: dos horas pastando por la mañana, dos horas pastando por la tarde: y los miro, los miro y no me canso. Sus posturas, sus juegos, su arrogancia, su estampa...tengo que volver a dibujar y pintar, y hacer cuadros de estas criaturas. A veces pintaba a la acuarela. Me gusta dibujar animales; sobre todo dibujaba caballos.
No guardo ninguno de mis dibujos; se quedaron en Urbanilandia. Pues bueno, haré otros nuevos. Vale, empezaremos por este par de cabroncetes.
4 comentarios:
La foto de peque es bonita pero esta se sale. Ya me recuperado, de estos dias tontos que e pasado. Muchas gracias Josep y Maria.
Venga pues, y a ver cómo viene el siguiente parto...esperamos noticias¡¡¡¡¡
Permiteme que te diga que son un par de cabrones preciosos. Y a ver si nos dejas ver esos dibujos.
¡Ay Nimbus! No tengo acuarelas. Ni papel de dibujo. Tendré que hacerlos en papel de folio y a lápiz. Bueno, para empezar a entrenar otra vez.
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