NO ES FACIL, MUCHACHOS, NO ES FACIL...

Los amigos a los que dedico esta entrada no la van a leer. No tienen señal de internet en su finca. Han llevado su aventura a un punto más extremo que nosotros. No tienen generador, ni luz eléctrica. Así que es un brindis al sol, pero bueno, aquí queda. Un empujoncito cuántico.
Es difícil, amigos, es difícil. Y más con niños pequeños. Es difícil que la tierra responda a la permacultura con rapidez. No es fácil que las diferentes variedades den buen resultado: hay que buscar las que más se adaptan al clima, a las dificultades.
No es fácil cultivar en una tierra cansada de ser tratada con pesticidas, con fitosanitarios. Las plantas están acostumbradas a estos tratamientos; deben recuperar su arcana vitalidad.
No es fácil, niña, lo sé...yo hace un año recorría la finca jurando en arameo. Una noche empecé a llorar desconsolada; asusté a mi hombre, que no sabía ya qué palabras decirme para calmarme: no crecía nada, la tierra era yerma, era dura, los tomates se morían...
Este año tenemos 8 variedades en cultivo; ya tenemos la segunda generación de una de ellas. Estamos testando cultivos exóticos, como el tabaco, el jengibre...es poca cantidad, pero suficiente para ir sacando conclusiones; ya sabemos el maíz que plantaremos a partir de ahora, el morado del país, que crece hermosísimo y fuerte; vamos encajando las fechas de siembra con este clima tan extremo, de viento y de sol fuertísimos, de las judías y las calabazas...
Vamos a ir a veros, amigos, y con mis tonterías espero haceros reir un ratito. Qué payaseta soy, ¿verdad? Y con un vinito de Teruel...¡ancha es Castilla! ¡Y los caminos de las Sisquellas!