El mundo de la ornitología tiene dos premisas básicas: buen oído y buena vista. Lo primero lo tengo, lo segundo...aunque mi miopía no es muy alta, a veces veo menos que un pescado de yeso. Así que la observación de los pájaros es más difícil así, porque para mirar por los prismáticos hay que quitarse la gafas, y si tienes alguien al lado que también quiere mirar, hay que volver a enfocarlos... Gracias a Mika he identificado a esta grácil señorita, que ronda ya también por aquí, con gran satisfacción por nuestra parte: es la lavandera blanca o cuereta. Le gusta vivir cerca de los lugares habitados por humanos que no sean peñazos, con el consiguiente beneficio para todos, porque ellos encuentran insectos para comer y a nosotros nos hacen el favor de mantener a raya a los dichosos artrópodos azote de la humanidad y los huertos. Además tiene un canto muy divertido, un chi-chi gracioso, y cuando camina, parece que lleve un muelle en la cola, va como dando botes moviéndola arriba y abajo.
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