Bueno, empizan a venir nuevas amigas a la zona. Verlas, lo que se dice verlas, como que no. Pero aquí tenemos la prueba de su existencia: las piñas bien roídas. Son las ardillas, que también deben venir a ver qué pasa aquí, con tanto jaleo de pájaros yendo y viniendo, porque como hace frío, todos los pinzones vienen a la placita delante de la casa a picotear trocitos de pan y otras cosas que levantan las gallinas al escarbar el suelo. Espero que las ardillas vengan a instalarse en nuestro bosque, porque nosotros no vamos a hacer lo que hacían aquí antaño: para que no les estropearan las cosechas de olivas, y sobre todo de nueces, que crecían antes por la zona, hasta que se los llevó una riada, las mataban y en el ayuntamiento pagaban a tanto la cola de ardilla que llevara la gente. Esto es de hace muchos años, pero bueno, como véis, los humanoides siempre dando un buen ambiente. Ay Señor...
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