Nada mejor para revitalizarse por la mañana y enviar al limbo los malos pensamientos que una sesión de manejo animal. Cansados ya de que no puedan estar juntos Morita, Onga y Peque,(Chivita va a su bola), hemos decidido pasar a métodos más proactivos, como dicen en la jerga marketiniana: con la cuerda de 20 metros de cuando podábamos árboles, hemos atado a Peque por el collar y hemos dejado salir del corral a Morita y Onga. ¡Vaya sesión de risas! Cómo salta la pequeña, más contenta que unas pascuas, y con todos los perros siguiéndola, a ver qué hace...ha explorado mucho territorio, junto con su mamá. Y a Peque le hemos ido dejando acercar a Morita, para que la huela, pero sin dejar que la intente montar, a ver si da cuenta de que el olor no es el celo...también ha ayudado que hemos limpiado la zona de la cola de Morita con un paño empapado en alcohol, para retirar los restos de flujo que tenía adheridos. Parecía un programa de televisión de esos de los controladores de bestias, que tanta fama cosechan...
1 comentario:
poco a poco lo de la cuerda una buena idea poco a poco se ira familiarizando y ya mismo entrara en celo asi que.....
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