La placenta: esa gran desconocida. Nadie habla de ella: parece que la ocultan, ese órgano informe, indefinido, inquietante...nadie comenta, cuando hablan de partos en mujeres, el sobreparto, esfuerzo adicional que hay que hacer para expulsarla...La gente prefiere no saber que se recolecta de los hospitales para formar parte de la composición de cremas regeneradoras de la piel y de inquietantes tratamientos de recuperación en deportistas de élite.
Pues aquí tenéis la placenta del parto de hoy. Yo voy a rendirle honores, porque gracias a este órgano efímero, la cría es capaz de nutrirse dentro del útero de su madre. Puede que la falta de reconocimiento que le tenemos sea debido a que no sabemos definir si se trata de un órgano de la madre o de un órgano de la cría...está en el limbo de la identidad individual, así que preferimos obviarla.
Algunos animales se la comen: los perros, casi todos; los gatos, las lamen un poco, pero no les parecen especialente atractivas. Es un comportamiento atávico, para no dejar restos orgánicos en el lugar del parto y evitar atraer a los posibles predadores.
Qué prodigio de puente entre dos vidas...ésta será llevada al bosque, para que sirva de alimento a algún animal que lo precise. Lo que dió la vida, será regenerado nuevamente.
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