Hacía tiempo que no veía tantos billetes juntos: son el producto de la venta de nuestra cosecha de olivas. Su visión me ha reavivado la codicia capitalista que anida en mí. Para nada han servido las teorías de Theodore Roszak que Mika me ha hecho llegar en el libro Persona/Planeta: ahora mismo, el símbolo del dólar brilla con luz propia sobre mis pupilas.
De esto voy yo a hacer un Falcon Crest. De momento, ya están en camino unos sarmientos de vides almerienses que Aricorural, con un gesto que le honra, nos ha enviado, resultado de la poda de sus posesiones en su rancho Southfork. En cuanto lleguen, las pondré en agua durante 24 horas para que se rehidraten después del viaje, y las plantaremos, y construiremos un imperio de la nada, como los grandes héroes del capitalismo, siempre hechos a sí mismos desde las cenizas...JA, JA, JA, JA.......
¡¡¡¡PLOFFFFF!!!! UY, ESTABA SOÑANDO....CREO QUE ERA UNA PESADILLA...
1 comentario:
no seria mala idea ber tu aceite de oliva es unas de las tiendas de houston tx te imaginas desirles amis amigas con pren el aceite de la PALMA DE EBRE seria bonito mujer
Publicar un comentario