Las orugas procesionarias del pino se han transformado en una plaga. Pensábamos que en esta zona no había...pero sí. Y sintiéndolo mucho, vamos a quemar estas bolsas, y todas las que veamos, porque secan los pinos y además pueden ser muy dañinas para los animales. A nuestro perro Tom le falta un trozo de lengua, porque cuando era cachorro y estaba abandonado, chupó una oruga y se le necrosó la lengua. No quiero ni imaginar el dolor que tuvo que pasar. A nuestro perro Nico, que murió hace ya muchos años, se le hinchó la lengua, también de cachorro, por igual motivo. Tuvimos que ir al veterinario de urgencia, porque se ahogaba.
En la urbanización donde vivíamos, que se llamaba Las Pinedas...ya podéis imaginar el follón que se formaba cada año con las oruguitas y sus procesiones. A nosotros, a veces nos entraba algún que otro picor, si te sentabas en una zona por donde ellas habían pasado antes. A los urbanitas de fin de semana, les salían auténticos sarpullidos, y tenían que ir a urgencias y todo. Se quejaron al ayuntamiento, y éste decidió sulfatar cada dos años, a cargo de los vecinos, claro, la dichosa urbanización.
Y allí nos teníais, cada dos años, esperando el día de la sulfatación, con el oído aguzado. El día que tocaba, se oía venir a lo lejos una avioneta, y ya nos ves a nosotros, corriendo igual que Cary Grant en la película Con la muerte en los talones, hacia casa, perseguidos por la avioneta, para proteger el huerto y los peces del pozo con plásticos. La avioneta tiraba una mezcla de insecticida y gasoil para emulsionarlo. Dejaba las superficies oleosas y resbaladizas durante tres días. Y ¡hala!, si tenías huerto, pues te fastidiabas. La avioneta hacía un montón de pasadas, y la verdad, parecía la Luftwaffe alemana en pleno ataque aéreo.
2 comentarios:
que pasada lo de la avioneta...
a Chispa también le pasó lo de la lengua y cuando me di cuenta que no me daba tiempo de llegar al veterinario, me empecé a despedir de ella. Estaba en mis rodillas en el jardín y yo creía que se estaba muriendo porque ya no podía casi respirar. Pues de repente dió un brinco y empezó a comer hierba, ¡pero como una vaca! y empezó a vomitar y a volver a comer hierba como una loca, y a vomitar otra vez y pensé que iba a ser inútil pero me di cuenta que no, que estaba resultando. Y así se salvó.
yo me las cargo a tiros madre mia que plaga mas mala y es que en los pinos de mi cortijo es imposible subir
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