En esta época muchas plantas de la montaña se encuentran en flor y resultan especialmente apetecibles para las cabras. Está especialmente bonito el brezo, con sus flores rosas. Las cabras se las comen con mucho gusto. Florece también el madroño, a la vez que tiene su fruto rojo. También es muy apetecido por las cabras, que se comen tanto las hojas como los frutos, arrancándolos con los labios cuidadosamente. Da mucho color el membrillero, éste con los frutos madurando. Las cabras comen las hojas, los frutos no. El romero también está en flor: sin embargo, ni el romero ni el tomillo les gustan a las cabras, tal vez al ser aromáticas. En las especies introducidas, tenemos nuestro limonero con los botones de la flor para abrir: hay que ir con cuidado, porque si lo pillan, no dejan ni un brote. Y como caso raro, el muérdago, que yo no había visto nunca antes en estado natural parasitando los pinos. Ahora se empieza a formar el globito blanco de su fruto. Esta planta tiene propiedades antitumorales muy mal conocidas, y dentro de su capacidad medicinal, se recomienda no utilizarla, pues su uso puede ser mortal. Sin embargo las cabras sí se lo comen: es curioso que así sea, y por si acaso procuro apartarlas de esta planta cuando han comido un rato. Las cabras encuentran también muy ricas las olivas (hojas y frutos) y las bellotas de la carrasca. Pueden ramonear la punta de algún pino jóven, pero no les resulta especialmente apetecible. También he visto que muerden alguna granada, pero no parecen gustarles mucho. En cambio, atacan con gran placer las hojas de los almendros y las cáscaras exteriores carnosas de las almedras.
1 comentario:
sigo insistiendo que te faltan 5 cabras mas jeje y al final te veo como cabrera productora de queso y leche
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