lunes, 8 de noviembre de 2010

EN DEFENSA DEL SER HUMANO: HACEMOS LO QUE PODEMOS

Una de las experiencias que me atraía cuando nos planteamos vivir aquí era cómo siente el medio ambiente un ser humano como individuo de una especie animal: me explico.
A los que hemos vivido nuestra infancia y parte de la juventud en la ciudad, si hemos nacido en una familia con medios económicos suficientes, nos han rodeado siempre unas condiciones ambientales confortables: cuando nacemos, nos meten en esas cunitas de hospital donde con el calorcillo parecemos cerditos rosados, tenemos calefacción en invierno, ventilación (ahora ya aire acondicionado) en verano, cuando nos hacemos daño inmediatamente nos socorren en el colegio, tenemos (si estamos en el primer mundo) las necesidades alimentarias satisfechas con sólo hacer un uy...si se ha nacido en el entorno rural, los niños están más espabiladitos, porque aún pueden moverse a su albur y no hay tanta tontería.
Pero...¿cómo es el mundo si nos encontramos solos frente a él?
Pues...un poco chungo. Y eso que nosotros estamos en una zona mediterránea, y el mar atempera el clima. Esta fría mañana de noviembre me estoy acordando de la gente de Soria o de la meseta. En verano pensaba en los andaluces, con sus espléndidos 45 grados.
El ser humano es el ser de la naturaleza con peor adaptación física a su entorno: no somos peludos, somos muy señoritos a la hora de alimentarnos (no nos gustan mucho los frutos y hierbas silvestres, y necesitamos mucha cantidad para mantener estos cuerpazos que la naturaleza nos ha dado). Así que...
Hoy voy a romper una lanza por nosotros, los seres humanos. A ver, con condiciones externas adversas, y con el cerebro que la naturaleza nos ha permitido desarrollar, no es extraño que hayamos intentado encontrar maneras de paliar estos desaguisados naturales, encontrando derivados del petróleo para calentarnos, alimentos calóricos como las carnes para satisfacernos (con la consecuente construcción de granjas)...en fin, que no somos perfectos, y también tenemos derecho a querer sentir el confort y el estómago lleno.
El problema viene porque somos muchos. Si hubiésemos sabido controlar la población de los países desarrollados, el nivel de impacto en el entorno no habría llegado al límite que estamos alcanzando. Pero aquí, el cerebro que tenemos no nos ha servido de ayuda: bueno, tampoco es culpa nuestra, una especie en las condiciones ambientales óptimas tiende a reproducirse al máximo. De todas maneras, debemos tomar conciencia sobre esto: somos demasiados como especie. Porque el decrecimiento que propongo para sobrevivir no es sólo decrecimiento material, sino también poblacional, porque ya no hay muchos recursos por descubrir en este planetilla y como no nos controlemos, entonces sí que el ser humano volverá a pasar frío y hambre, como nuestros predecesores neanthertales, que estaban hechos unos zorros.
Moderación, amigos...y empecemos a utilizar nuestro cerebro, no dejemos que nos digan lo que tenemos y no tenemos que hacer. Que el planeta es duro...no lo llevemos al límite.

3 comentarios:

Alberto dijo...

Has tocado un tema un poco chungo, como vamos a dejar morir a alguien sea por la causa que sea, en la naturaleza si un animal esta herido el grupo sigue adelante buscando su supervivencia, hay otros animales que se alimentan de el , si no hay hierba los herbivoros no comen y los carnivoros lo pasan mal porque los primeros van en busca de hierba. Solo el ser humano mantiene con vida a todo humano, al coste que sea , o por lo menos en este primer mundo, en el tercen mundo no tanto. Pero como dices, con el cerebro que tenemos, que podemos esperar.
Y abrigaros, que queremos seguir disfrutando de vuestros escritos.
salu2

Robin dijo...

No me refiero a dejar morir a nadie, aunque en algunas tribus de indios americanos, cuando un anciano no podía seguir el ritmo de la tribu, se quedaba en el camino con algo de comer y un fuego encendido. El final se lo dejaban a los lobos. Me refiero más bien a utilizar el cerebro para ejercer un control sobre nuestra reproducción, para saber interactuar con el medio sin acabar con él. Pero no le quito cierto grado de "responsabilidad" a la propia naturaleza: es ella la que ha permitido que una especie tan invasiva como nosotros haya prosperado tanto. No sé si me explico bien,es que eran las 7 de la mañana cuando he escrito la entrada, y no sé si se entiende. Si somos tan dañinos para el medio, el medio podría si quisiera acabar con nosotros...¿por qué no lo hace?

Robin dijo...

Vaya, que lo quiero decir es que somos una caquita como especie ante las inclemencias, poco adaptable si no es por nuestro ingenio. Y que la naturaleza nos tiene que disculpar por habernos hecho tan débiles, ya que lo que hemos hecho ha sido para protegernos (buscar calor, alimento fácil)...o nos disculpa, o nos ayuda, o acaba con nosotros, vamos.