Enseñanza que podemos extraer del mal rato que pasé ayer:
Las gafas han aparecido. El gato no.
Las gafas estaban en el corral de las cabras, por lo visto se me cayeron mientras ordeñaba y no me di cuenta.
En una vida autosuficiente hay que tener mucho cuidado con los despiestes que comprometan objetos tan delicados como unas gafas, ya que su pérdida puede suponernos un coste económico considerable (hacer unas nuevas si no tienes mucho dinero puede desequilibrarte completamente el presupuesto del mes) y un malestar físico que no nos permita trabajar adecuadamente. Ysi encima estais alejados de los núcleos urbanos grandes, el problema se complica. Esta mala experiencia me enseñará a tener más cuidado, puesto que los transtornos derivados de este despieste podían haber sido mayúsculos. Le sacaremos de todas formas el lado positivo: cuidado con los objetos de los cuales no se puede prescindir, debeis tener especial cuidado y atención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario